NOSOTROS

Abstract

Está el hecho extraordinario de una persona que busca en sus recuerdos, en sus apuntes, en sus archivos, repositorios, bases de datos, bibliotecas, datos con que armar el esqueleto fuerte de la clase de mañana y pasado mañana.

Está el proceso extraordinario de la vinculación con el hoy y lo que vendrá, de esos datos que una y otra vez nacen jóvenes y así dialogan con los otros datos, esas vidas con que los y las estudiantes llegan a los sitios de la educación de todo tipo, nivel, modalidad y destino.

Están los ecos, los resultados, los vínculos, los nuevos datos, que surgen luego de cada hecho y proceso.

Hasta puede suceder que, en muchos casos -aún muchos años después-, alguien nos cruce por la calle o nos llame por teléfono y nos deje un mensaje, agradeciéndonos aquel momento en donde se sintió interpelado, motivado, transformado por algo que produjimos juntos, pero que ese otro considera que lo hicimos propiamente nosotros, en tanto docentes dicentes. Y nos emocionamos -hasta casi la congoja-, y agradecemos y nos acomodamos con una sonrisa que parece el final.

También, por supuesto, otras veces erramos en los tonos, en los ejemplos y en las referencias. Aburrimos y nos aburrimos. Repetimos y reproducimos. Adocenamos, casi evangelizamos, atamos a certezas que ya no tenemos y hasta hemos caminado sin ganas hacia las aulas.

Esto último se trata de nosotros, aquello es con los otros.

Pero nos vaya lindo o a los tortazos, complicados estaremos si sólo ese fuera nuestro sentido.

Hablar de la enseñanza universitaria a 100 años de la Reforma -hoy y desde antes de aquella epopeya fundante, pero sobre todo a partir de 1918- nos lleva a comprender que no alcanza con lo que hagamos en los extraordinarios lugares de la Enseñanza.

Por eso es que hemos agregado: “legados, transformaciones y compromisos” al título de este sexto número de Trayectorias Universitarias.

Cada uno trae en sus mochilas los datos con que damos cuenta de estos legados, transformaciones y compromisos. Buscamos ponerlos en común. Y nos encontramos, incomodos si fuera necesario, para no acomodarnos en aquellas libertades que aún nos faltan.

Desde aquí, en el ejercicio reflexivo de la escritura, en la potencia de los encuentros con nuestros estudiantes, con los compañeros/as docentes, con la fuerza política que compone el proyecto que dirige la UNLP, es que seguimos construyendo una Universidad Nacional, pública, inclusiva -ojalá feminista-, laica, cogobernada. No para hacer estampitas con las consignas, sino para ser sentido y destino en cada día, en cada acción, en cada práctica docente y en todas las demás. Para comprometernos colectivamente hoy y mañana, y pasado también, como protagonistas de los legados con que tantos compañeros del ‘18, del ‘45, del ‘49, de los ‘60 no proscriptos, de los ‘70, de los intersticios bajo el Terrorismo de Estado, del ‘83 para acá y hasta hoy, propusieron transformaciones, algunas hechas y tanto por hacer, por nosotros/as mismos/as y para todos/as.